martes, abril 18, 2006

Subamos de Año en Año para Adorar al Rey


"Así dice Jehová, hacedor tuyo, y el que te formo desde el vientre, el cual te ayudara: No temas, siervo mio Jacob, y tú, Jesurun, A quien yo escogí. Por que yo derramare aguas sobre el Sequedal, y ríos sobre la tierra árida: mi Espíritu derramare sobre tu generación, y mí Bendición sobre tus renuevos"
Isaías 44:2-3

Subamos de Año en Año para Adorar al Rey
Zacarías 14:1647


INTRODUCCION

I

Como hijos de Dios estamos llamados a subir a Jerusalén para adorar al Rey, para así experimentar la unción permanente en nuestra vida y venga sobre nosotros lluvia temprana y tardía.

El deleite de Subir a Sion.

«Yo me alegre con los que me decían: A la casa de Jehová iremos» Salmo 122:1

«Deleite» tiene que ver con disfrutar permanentemente una visión que proviene de Dios. El deleite no es un sentimiento pasajero o puntual, tampoco depende de situaciones o circunstancias externas. El deleite, la verdad alegría es la que produce el Espíritu Santo en nuestra vida, fruto de la relación íntima con Dios, quien claramente revela a nuestro corazón sus propósitos llevándonos a anhelar vivir en y para ellos. Subir a Sion. Se convierte en deleite permanente, una vez que ha sido revelada a nuestro espíritu en él «Cara a Cara» con Dios.



1. El ejemplo de David y su amor por Jerusalén (Salmo 137:5-6).

Para David, Jerusalén era algo más que su ciudad, la capital y el símbolo de consolidación y la prosperidad de su reino. Para David Jerusalén significaba la ciudad del pacto de Dios y donde El había prometido que su presencia estaría para siempre. (Crónicas 17:21-27).Es por eso que Jerusalén se convirtió en la permanente razón de su alegría y objeto de sus cantos.
Recordemos que las visiones de Dios no son para olvidarlas sino para permanecer en ellas Y llegar a convertirlas en el motivo diario de nuestra alegría.


2.Para David Jerusalén también significaba «La tierra de la Esperanza (1 Crónicas 17:16-20).

Haber llegado a Jerusalén significaba para David entender los hechos prodigiosos de Dios sobre su vida, transformándolo de un sencillo y humilde pastor de ovejas a Rey de su Pueblo. Significaba reconocer con profunda gratitud y adoración a Dios, su misericordia y el amor que habla derramado sobre su vida. De la misma manera para nosotros significa reconocer que tenemos una vida nueva. Tal como dice Ezequiel 20:6, es entender que hemos dejado la esclavitud de nuestro pasado, de nuestros propios esquemas y paradigmas y hemos pasado la libertad, a disfrutar la provisión de vida abundante y salud total en Jesús. Quien vive esta realidad, permanecerá entusiasmado con el anhelo de subir a Jerusalén y toma acción para lograrlo y descubrir en sus calles y sus rincones la libertad y la paz prometida por Dios en su palabra.

3. El Ejemplo de Abraham y su actuar por fé.

Para Abraham, Sión significo la promesa de Dios de bendecirlo y el más grande motivo para obedecer permanentemente a su mandato. El no pensó dos veces en marchar a la tierra que Dios le había revelado. Por el contrarío una ves escucho su vos, emprendió largo camino, deleitándose y confiando diariamente por recordar que era fiel el que lo había prometido (Hebreos 12: 8,11). Abraham no se quedo solo con el anhelo; el emprendió la marcha, actuó. Recordemos que 1 entusiasmo esta directamente relacionado con la acción, solo quien cree actúa y quien actúa vera la visión convertida en realidad,


Aplicación Teoterápica.

Nuestro amor por Jerusalén debe ser el motor de nuestro entusiasmo para anunciarla. Debe ser un amor que no mengue ni se detenga ante nada, esto nos llevar a colocar nuestro empeño y oración por verla rendida a los pies de Jesús por visitarla y por llevar a otro a ese lugar.

Recomendaciones:

1. Enseñe la visión de Israel y cultive el amor por la tierra Santa permanentemente.

2. Promueva y controle la asistencia al Club Shalom,

3. Enseñe a sus discípulos a que en su Devocional ore cinco minutos como mínimo por Jerusalén.

4 Decore el día de club Shalom de una manera sencilla pero especial su distrito con un ambiente de Israel.

"Así dice Jehová, hacedor tuyo, y el que te formo desde el vientre, el cual te ayudara: No temas, siervo mio Jacob, y tú, Jesurun, A quien yo escogí. Por que yo derramare aguas sobre el Sequedal, y ríos sobre la tierra árida: mi Espíritu derramare sobre tu generación, y mí Bendición sobre tus renuevos"
Isaías 44:2-3

Subamos de Año en Año para Adorar al Rey
Zacarías 14:1647


INTRODUCCION

I

Como hijos de Dios estamos llamados a subir a Jerusalén para adorar al Rey, para así experimentar la unción permanente en nuestra vida y venga sobre nosotros lluvia temprana y tardía.

El deleite de Subir a Sion.

«Yo me alegre con los que me decían: A la casa de Jehová iremos» Salmo 122:1

«Deleite» tiene que ver con disfrutar permanentemente una visión que proviene de Dios. El deleite no es un sentimiento pasajero o puntual, tampoco depende de situaciones o circunstancias externas. El deleite, la verdad alegría es la que produce el Espíritu Santo en nuestra vida, fruto de la relación íntima con Dios, quien claramente revela a nuestro corazón sus propósitos llevándonos a anhelar vivir en y para ellos. Subir a Sion. Se convierte en deleite permanente, una vez que ha sido revelada a nuestro espíritu en él «Cara a Cara» con Dios.



1. El ejemplo de David y su amor por Jerusalén (Salmo 137:5-6).

Para David, Jerusalén era algo más que su ciudad, la capital y el símbolo de consolidación y la prosperidad de su reino. Para David Jerusalén significaba la ciudad del pacto de Dios y donde El había prometido que su presencia estaría para siempre. (Crónicas 17:21-27).Es por eso que Jerusalén se convirtió en la permanente razón de su alegría y objeto de sus cantos.
Recordemos que las visiones de Dios no son para olvidarlas sino para permanecer en ellas Y llegar a convertirlas en el motivo diario de nuestra alegría.


2.Para David Jerusalén también significaba «La tierra de la Esperanza (1 Crónicas 17:16-20).

Haber llegado a Jerusalén significaba para David entender los hechos prodigiosos de Dios sobre su vida, transformándolo de un sencillo y humilde pastor de ovejas a Rey de su Pueblo. Significaba reconocer con profunda gratitud y adoración a Dios, su misericordia y el amor que habla derramado sobre su vida. De la misma manera para nosotros significa reconocer que tenemos una vida nueva. Tal como dice Ezequiel 20:6, es entender que hemos dejado la esclavitud de nuestro pasado, de nuestros propios esquemas y paradigmas y hemos pasado la libertad, a disfrutar la provisión de vida abundante y salud total en Jesús. Quien vive esta realidad, permanecerá entusiasmado con el anhelo de subir a Jerusalén y toma acción para lograrlo y descubrir en sus calles y sus rincones la libertad y la paz prometida por Dios en su palabra.

3. El Ejemplo de Abraham y su actuar por fé.

Para Abraham, Sión significo la promesa de Dios de bendecirlo y el más grande motivo para obedecer permanentemente a su mandato. El no pensó dos veces en marchar a la tierra que Dios le había revelado. Por el contrarío una ves escucho su vos, emprendió largo camino, deleitándose y confiando diariamente por recordar que era fiel el que lo había prometido (Hebreos 12: 8,11). Abraham no se quedo solo con el anhelo; el emprendió la marcha, actuó. Recordemos que 1 entusiasmo esta directamente relacionado con la acción, solo quien cree actúa y quien actúa vera la visión convertida en realidad,


Aplicación Teoterápica.

Nuestro amor por Jerusalén debe ser el motor de nuestro entusiasmo para anunciarla. Debe ser un amor que no mengue ni se detenga ante nada, esto nos llevar a colocar nuestro empeño y oración por verla rendida a los pies de Jesús por visitarla y por llevar a otro a ese lugar.

Recomendaciones:

1. Enseñe la visión de Israel y cultive el amor por la tierra Santa permanentemente.

2. Promueva y controle la asistencia al Club Shalom,

3. Enseñe a sus discípulos a que en su Devocional ore cinco minutos como mínimo por Jerusalén.

4 Decore el día de club Shalom de una manera sencilla pero especial su distrito con un ambiente de Israel.